En cuanto a ti, sígueme

Juan 21:22NTV

«Jesús contestó: – Si quiero que él siga vivo hasta que yo regrese, ¿qué tiene que ver contigo? En cuanto a ti, sígueme.»

 

El Señor siempre ha querido, quiere y querrá tener una relación personal con cada uno de nosotros. En este pasaje de la Escritura que se encuentra en el libro de Juan capítulo 21, vemos una escena muy conmovedora de un diálogo entre Jesús y Pedro. Era una escena donde se llevaba a cabo su restauración; pues después de haberle negado tres veces, lloró amargamente al escuchar al gallo cantar por tercera vez; cumpliéndose así la palabra que el Señor le había dado de que antes de que el gallo cantase tres veces él ya lo habría negado.

Debió haber sido muy doloroso para el apóstol ver a Su maestro colgado en una cruz, desfigurado; habiendo sido maltratado emocional y físicamente de una manera completamente injusta y sentirse en cierta manera responsable de esos hechos con su negación. El dolor de ver a alguien que se ama, sufriendo, es uno, pero el dolor de haberlo traicionado añadía mucho mas peso en su alma; el remordimiento es un sentimiento muy difícil de sobrellevar.

Sin embargo, después de haber resucitado; el Señor se aparece a sus discípulos junto al Mar de Galilea,  y por causa de la palabra que les dio de que echaran la red a la derecha, fue grande la cantidad de peces que pescaron; aun cuando habían pasado toda la noche sin pescar nada. Fue una señal impresionante! Llegaron a la orilla y ya el desayuno estaba listo! Dice la Escritura que después del desayuno  el Señor le preguntó a Pedro por tres veces si lo amaba, a lo que Pedro, a su nivel, le respondía que si lo quería y ya la última vez le dijo que alimentara a Sus ovejas y le dijo: Sígueme.

Pedro comenzó a seguir a Jesús pero al voltear se dio cuenta que Juan también les seguía, y Pedro le preguntó al Señor: -¿qué va a pasar con él?; y el Señor le respondió ¿y a ti que? ¿qué tiene que ver contigo? Ocúpate  tú de seguirme a Mi (parafraseado).

Hoy día, con el incremento del ministerio y los dones proféticos, debemos tener mucho cuidado con perder nuestra relación personal con nuestro Señor bajo el auto-engaño de que estamos escuchando predicaciones y palabras proféticas. Hoy día, los cristianos oran menos y leen menos la palabra de Dios, pero oyen mas predicaciones y palabras proféticas por los medios de comunicación; hoy día se hace mas fácil buscar por internet o recibir un correo con la palabra que Dios está diciendo hoy, que invertir tiempo en escuchar a Dios personalmente.

El buscar o escuchar palabras proféticas en las redes sociales casi se ha vuelto una práctica como leer el horóscopo!

No podemos perder de vista que Dios es un Dios personal y que ciertamente Él usará Su Palabra a través de otros para hablarnos pero Él también desea hablarnos de Espíritu a espíritu. No podemos conformarnos solo con la palabra que escuchamos de otros, porque pueden ser palabras de Dios pero no dirigidas a nosotros personalmente.

Hoy día muchos cristianos, están tomando como personal, las palabras que Dios da a una congregación en particular, solo porque el pastor de dicha congregación tiene un programa de televisión o de radio; o simplemente porque lo compartió en una red social. El peligro de esto es que hay mucha gente confundida y la fe de algunos pueda verse seriamente afectada porque no ven que se cumple «lo que Dios dijo». La pregunta clave sería: ¿Dios te lo dijo a ti?

Muchos dicen «arrebato esa palabra» sin que nada tenga que ver con su situación de vida. Él solo cumplirá lo que te prometió a ti pero Dios no está obligado a cumplirte a ti lo que le prometió a tu hermano.

Ciertamente Dios puede públicamente hablarle de prosperidad a alguien que en lo secreto ha dado mucho y nadie lo sabe y cualquiera toma esa palabra porque la «arrebató» pero ni siquiera cumple con el diezmo, mucho menos con la ofrenda y ni pensar que dará sacrificialmente a la obra del Señor. ¿Cómo puede cumplirse esa palabra en esa persona? Ciertamente fue palabra de Dios pero no fue dirigida a ella.

Dios puede anunciar una gran cosecha que viene a una persona o iglesia; pero alguien que nunca ha sembrado, ¿qué cosecha puede esperar? Dios puede estar trayendo consolación y decirle a alguien que le hará justicia de sus adversarios y otro que está sufriendo por sus propios pecados y malas decisiones tomar esa palabra que nunca fue dirigida para él o ella, solo por la emoción del momento, evadiendo la responsabilidad de sus hechos y el arrepentimiento genuino.

Tengamos cuidado y seamos sabios. Jamás el Señor dará una palabra y mucho menos cumplirá una palabra profética que esté fuera de los principios espirituales contenidos en las Escrituras.

Las palabras proféticas que se dan de manera general solo deben tomarse personal si vienen a confirmar lo que el Señor ya nos ha dicho.

Los procesos personales, congregacionales, nacionales, estatales, etc. son procesos particulares y la palabra de Dios será específica y para un momento oportuno. Si leemos o escuchamos todas las palabras que Dios está hablando acerca de Israel, de Rusia, de Venezuela; de los pastores, de los salmistas; de los hombres; de lo niños, de las mujeres, de determinado ministerio o congregación y las tomamos de manera personal podría causarnos mucha confusión si no entendemos que no todo lo que Dios habla es para nosotros; o para ti, o para mi.

En el pasaje de Juan que te estoy compartiendo hubo un diálogo entre Jesús y Pedro; y aunque Juan estaba presente y escuchó, no era esa palabra para Juan. Jesús estaba restaurando a Pedro y además de eso le estaba dando una asignación ministerial que nada tenía que ver con Juan en ese momento.

Invirtamos tiempo en comunión con nuestro Dios, leamos Su Palabra y oigamos Su voz en nuestro espíritu; Él traerá confirmación de todo lo que te ha hablado.

Sin duda alguna puedo decir que hoy Él te dice: En cuanto a ti, sígueme.

Tamy Aman.

 

 

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2 comentarios

  1. Es una realidad y debemos estar dispuestos a buscar y oir la voz de Dios y obedecerlo.

  2. Excelente como siempre! Dios te bendiga y te siga dando sabiduría.

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