Árbol de justicia plantado para Su Gloria!

Paseando el Señor por el jardín se detuvo frente a este árbol, y le preguntó: ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás así?

El árbol le respondió: Estoy triste.

¿Y se puede saber por qué estás triste? le preguntó el Señor.

-Porque estoy perdiendo las hojas; le contestó el árbol, con un tono un poco melancólico.

-¿No te has dado cuenta en la estación de vida en la cual te encuentras? Es precisamente en esta estación donde tus hojas caen para poder enfrentar el invierno que se avecina. Necesitas nutrirte y no seguir invirtiendo tus nutrientes en hojas que ya no cumplen una función estando adheridas a tus ramas. Es necesario- le dijo el Señor con tanta paciencia y amor en Sus palabras.- Recuerda que es solo una estación que pasa, pero volverá.

¿Te puedo hacer otra pregunta? le preguntó con tanto respeto y amabilidad.

-Si Señor.

¿Desde que comenzaste a crecer y desarrollarte cuál de las hojas ha permanecido contigo?

-Ninguna Señor! contestó con asombro el árbol, como despertando a la realidad de que había estado a lo largo de su vida perdiendo hojas y ganando otras nuevas.

Así es! le dijo el Señor. No te preocupes por mantener las hojas; ellas son importantes en cuanto a su función, pero no están destinadas a permanecer contigo. Algunas las perderás por causa de la muerte, ellas se secan y caen; a otras el soplo del viento se las lleva; otras estan tan debilitadas que no resisten las gotas de lluvia que caen del cielo. Aún cuando pierdas todas tus hojas, te anuncio que volverás a tener nuevas y de nuevo te verás frondoso pero recuerda: ellas no determinan tu permanencia, ni tu esencia. Ocúpate de tus raíces; son ellas las que firmemente arraigadas en mi amor, absorben el agua de vida, y te dan permanencia y mantienen tu esencia. Tampoco pierdas energía contemplando a los árboles que no pierden sus hojas al igual que tú; Yo Soy el dueño de todo y todo lo he creado con propósito. Sigo estando en control del árbol, de la hoja y de la estación. Confía en mi.  Serás renovado, tendrás una nueva vitalidad, una nueva fuerza y una nueva apariencia! Te  he ungido con mi Espíritu! Así que consuela a los abatidos, anúnciales que en lugar del luto se les dará una unción de gozo y alegría; se les vestirá con alabanza y serán reconocidos como árboles de justicia, plantados para mi Gloria!

A pesar de que la estación no se detuvo y no podrá evitar el tener que volver a enfrentarla, el árbol recobró su ánimo y enfrentó la estación con una nueva perspectiva; sus raíces fortaleció y absorbió todo el nutriente de estas dulces y profundas palabras de vida. Es necesario, se repetía una y otra vez, con la confianza interior de saber que aun en medio del dolor, las pérdidas se convierten en ganancias y las ganancias siempre superan en calidad lo que se perdió. Asi tambien su identidad fue tan reafirmada y se decía a sí mismo: soy un árbol de justicia plantado para Su Gloria!

Tamy Aman.

 

 

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1 comentario

  1. A ordenar a Sion a los enlutados, para darles gloria en lugar de ceniza, oleo de gozo en lugar del luto, manto de alegria en lugar del espiritu angustiado; y seran llamados arboles de justicia, plantio de Jehova, para gloria suya.

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