Algunos hemos experimentado el trauma de haber sido robados; sin embargo hay ladrones que nos roban tan sutilmente que casi ni cuenta nos damos que hemos perdido lo que tanto valoramos.
Hay quienes nos roban el tiempo, los sueños, el enfoque a nuestra misión, la energía, la alegría, la paz, la confianza, el ánimo, la privacidad, la honra; etc. A veces estan tan cerca, que nos hemos acostumbrado a ellos y seguimos aceptando que nos sigan robando.
En el libro de Juan capítulo 10, Jesús dijo: el ladrón vino para matar, robar y destruir; Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia!
Una de las formas que el enemigo usa para robarnos con mayor frecuencia, es a traves de la familiaridad.
Los discípulos de Jesús estaban tan familiarizados con Judas que nunca se dieron cuenta que les robaba; tampoco sospecharon de él.
La familiaridad con la gente, a traves de las cuales el enemigo de nuestra alma nos roba, nos insensibiliza de tal manera que ni cuenta nos damos y cuando nos damos cuenta pasa muy desapercibido y en nuestra insensibilidad seguimos permitiéndole a la gente que nos siga robando, ya sea, por amor a la relación de amistad, a la relación familiar, de trabajo, amorosa o cualquiera que sea.
Muchas veces, erróneamente, valoramos mas este tipo de relación que nuestra propia salud emocional, y por eso, permitimos el robo constante de nuestra paz, de nuestra energía, de nuestra confianza, etc. dando mayor honor al ladrón de nuestra alma que a nuestros propios valores. No nos atrevemos a confrontar el robo por temor a perder la relación. Cuando en realidad, lo que estamos es permitiendo que el enemigo a traves de esa relación, nos continúe robando y muy posiblemente terminemos perdiendo mas de lo que tratamos de guardar.
Las cosas que se ven, como el dinero, joyas, carros, u objetos materiales nos hacen reaccionar mucho mas rápido y con sentido de justicia cuando nos son robadas; sin embargo las que no se ven; nos son robadas casi imperceptiblemente y no hacemos nada por defender lo que nos pertenece. Hay ladrones a traves de nuestras relaciones interpersonales que pueden llevarnos a un estado de devastación emocional si no ponemos un alto hoy!
En el sentido humano, se hace necesario la confrontación pero en el sentido espiritual se hace necesario la oración, la intercesión y la guerra espiritual.
Recuerda, Jesús vino para darnos vida y vida en abundancia, si las relaciones interpersonales que tienes no te estan ayudando a cumplir con ese propósito, entonces el enemigo está cumpliendo el suyo: matar, robar y destruir.
Cuidemos nuestras relaciones pero primero cuidemos nuestros valores. Cuidado con dejarte robar!
Tamy Aman.