Toda revelación o llamado de parte de Dios debe ser expuesto ante las autoridades espirituales. Sobre todo, aquello que creemos recibir de parte de Dios y que demanda una decisión de nuestra parte que afectará nuestra vida, nuestra familia, nuestras finanzas, nuestro ministerio y/o nuestra iglesia.
Inmediatamente despues de darle una visión y revelarle Su llamado a Moisés, el Señor le dijo:
“»Ahora ve y reúne a los ancianos de Israel y diles: “El SEÑOR, el Dios de sus antepasados —el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob— se me apareció y me dijo: …” Éxodo 3:16 NTV
Es un principio que Él mismo estableció y que no debe ser violado. Es un principio que nos guarda del error y del engaño del enemigo o de nuestro propio corazón.
Muchos hijos de Dios, hoy, por desconocer este principio, han sido desviados del camino que el Señor había trazado para ellos, porque siguieron «una voz», «una visión»‘ «una revelación» que no venia de parte de Dios y nunca la expusieron delante de su pastor. Tomaron decisiones a la ligera y desviaron el curso de sus vidas por no estar sujetos a la autoridad.
Las autoridades espirituales, cuando son puestas por Dios, están para guiarnos en el camino. Su experiencia y madurez pueden ayudarnos a discernir correctamente.
La incógnita de algunos o el temor de no ser aceptados les impide muchas veces el ir y exponer a la luz lo que les fue dicho o revelado en lo secreto. Tambien el orgullo espiritual nos hace vulnerables al engaño del enemigo. Debemos reconocer que todos podemos ser engañados, en algún momento de nuestras vidas, por el enemigo de nuestra alma, y es por eso que el Señor nos provee de mentores, padres espirituales, pastores para guardarnos en nuestro caminar.
El Señor mismo es quien se encarga de confirmar a nuestras autoridades lo que Él ha determinado para nuestras vidas.
El temor a no ser aceptados, a ser rechazados, a no tener credibilidad ante alguien de autoridad nos impide exponer lo que vimos, oímos o percibimos espiritualmente. Esto también le ocurrió a Moisés:
“Sin embargo, Moisés protestó de nuevo: —¿Qué hago si no me creen o no me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “El SEÑOR nunca se te apareció”?”
Éxodo 4:1 NTV
Pero el Señor está en control de todo y ya tenía preparado algunas señales que ocurrirían en caso de que no le creyeran. Leemos en Éxodo capítulo 4 que le ordenó lanzar su vara de pastor al suelo y se convirtió en culebra, luego le ordenó tomarla por la cola y se convirtió de nuevo en vara!
“—Realiza esta señal —le dijo el SEÑOR —, y ellos creerán que el SEÑOR, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, de veras se te apareció.
El SEÑOR le dijo a Moisés: —Si no te creen ni se convencen con la primera señal milagrosa, se convencerán con la segunda. Y si no te creen ni te escuchan aun después de estas dos señales, entonces recoge un poco de agua del río Nilo y derrámala sobre el suelo seco. En cuanto lo hagas, el agua del Nilo se convertirá en sangre sobre el suelo.”
Éxodo 4:5, 8-9 NTV
Nos damos cuenta de que Él es quien se encarga de convencer a nuestras autoridades, no nosotros! Son las señales de Dios, no las nuestras! No se trata de tratar de convencer por obras de la carne o por argumentos de nuestra mente, si realmente es Dios quien nos habló Él hará señales si es necesario.
Sin embargo, antes de que Moisés expresara su inquietud ya el Señor le había dicho:
“»Los ancianos de Israel aceptarán tu mensaje. Entonces tú y los ancianos se presentarán ante el rey de Egipto y le dirán: “El SEÑOR, Dios de los hebreos, vino a nuestro encuentro…”
Éxodo 3:18 NTV
Es decir, no sólo van a aceptar tu mensaje sino que tendrás su respaldo!
Los principios de Dios siempre nos traen seguridad!
Entonces, ¿por qué temer? Si queremos hacer Su voluntad, Él se encargará de respaldar lo que nos ha dicho; por lo contrario, cuando queremos hacer nuestra propia voluntad o cuando nuestra carnalidad se ha alineado a la voluntad del maligno, vamos a ser impulsados a hacer las cosas a escondidas, o a nuestra manera.
Jesús dijo:
“pero los que hacen lo correcto se acercan a la luz, para que otros puedan ver que están haciendo lo que Dios quiere.”
Juan 3:21 NTV
¿Queremos el respaldo de Dios? Caminemos de acuerdo Sus principios. Hagamos las cosas a Su manera, no a la nuestra.
Sus principios son inalterables! El modelo, o forma de operar puede cambiar, pero el principio no.
Su reino, Su gobierno, Su administración, Su operación se basa en principios establecidos que permanecen para siempre!
Amén, mi amada hermana los principios Dios son eternos e inviolables, Si queremos ser bedecidos por el Eterno, debemos señirnos con su Verdad y solo asi alcanzaremos misericordia. Bendiciones mi hermana, todo y paz sean multiplicados.
Dios es fiel y provee para todas las situaciones en nuestras vidas. Y en algo tan importante como las decisiones es maravilloso saber que tenemos el camino y la forma que el mismo Dios estableció, lo único que tenemos que hacer es obedecer. Bendiciones.