Dos caminos

Qué triste es escuchar reportes de gente que venían caminando junto a ti en el camino correcto, pero un día decidieron tomar una dirección diferente, diferente no por causa del llamado de Dios, sino por el llamado de hombres engañadores, de amistades, el llamado de su propio corazón, el llamado de las riquezas, de la ambición, de la familia o cualquier otro llamado que no fue el de Cristo su Señor y Salvador. Qué triste es mirar atrás y ver el potencial o el futuro que les esperaba si tan solo se hubiesen mantenido fieles a Aquel que les guiaba.

Hoy, escuchas acerca de vidas o mejor dicho, de muertos en vida, caminando sin propósito y sin luz; atados a toda clase de cadenas que el enemigo quiso ponerles, por su propia voluntad, por sus propias decisiones influenciadas por sus mentes carnales. Vendas que no les dejan ver la verdad, porque decidieron que sus caminos eran mejores que lo que Dios les había trazado; y así como Dios manda a sus ángeles para guardarnos; así el mismo enemigo se vistió de ángel de luz para desviarlos.

Hoy, mi estimado lector, me embarga el temor, un temor reverente a la presencia de Dios, a Su perfecta voluntad y Su palabra que nos advierte: «el que se cree firme, mire que no caiga». La religión nos hace creer que porque estamos en una iglesia, en un ministerio, o simplemente nos va bien, debemos conformarnos. Hay un solo camino para entrar al reino de los cielos y ese camino es Cristo; pero después de entrar, el único camino en Cristo que cuenta para mantenernos adentro, es la obediencia y no nuestra conveniencia. Es a la iglesia que Cristo le dice: El que persevere hasta el fin será salvo.

El Señor tiene un camino trazado para ti y tu descendencia; puedes escoger tu propio camino porque tienes una voluntad para hacerlo y Él no va a violentarla.  El enemigo también tiene trazado un camino para ti y tu descendencia y cuando crees hacer tu propia voluntad, en realidad la estás rindiendo a la de él; por eso, quizás te puede ir muy bien (por un tiempo); porque Satanás solo se opone a los planes de Dios y no a los nuestros.

¿Estás caminando en el camino que Cristo te trazó? ¿Estás tomando decisiones en base a tu conveniencia o a tu obediencia?

Hoy puede ser tu día de salvación, de liberación, de dirección, de restauración, de reconexión, de un nuevo comienzo, si tan solo decides.

Recuerda hay solo dos caminos: escoge la vida para que te vaya bien a ti y a tu descendencia. Escoge la obediencia y no tu conveniencia.

 

Tamy Aman.

 

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1 comentario

  1. Muy buena disertación,o es,o es…sin titubeos,o la vida de Reino o de harapos. Dios te bendiga amada por el cada palabra..

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