Mateo 9:2,3 RVR60 «Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. Entonces algunos escribas decían dentro de sí: Este blasfema»
La fe siempre activa el poder de Dios. Y cuando el Espíritu de Dios encuentra fe, se manifestará como Dios a traves del hombre o mujer que lo contiene. Esto sucedió en este caso; Jesús, lleno del poder del Espíritu Santo, por causa de la fe de esta gente, declara el perdón de los pecados que tenían a este hombre en condición de paralítico. Y esto asombra a los escribas, como cualquiera pudo haberse asombrado, porque nunca antes nadie había hecho semejante declaración. Pero algunos de ellos pensaron que Jesús blasfemaba; en mas detalle el relato de Marcos 2:7 dice: «¿Por qué habla este así? Blasfemias dice. ¿Quién puede personar pecados, sino solo Dios?». Lo que los religiosos de la época no se dieron cuenta, era que el mismo que hablaba era Dios!
El espíritu religioso enceguese, no deja ver mas allá de lo natural. Está tan pendiente de las obras que pierde de vista QUIEN está detrás de las obras.
Eso no solo le ocurrió a Jesús, le ocurrió a cada hombre que operó en el poder de Dios antes de Jesús, y después de Jesús tambien. La Escritura en el libro de Hechos de los apóstoles nos narran una y otra vez las persecuciones que sufrieron, de parte de los religiosos, todos los que andaban y operaban en el poder de Dios; ignorando que era el mismo Dios a traves de la iglesia haciendo señales y maravillas.
Hoy día pasa exactamente lo mismo, el espíritu religioso persigue al espíritu del nuevo hombre. Este nuevo hombre es el (hombre o mujer) que opera en la identidad correcta. El ser hijo de Dios nos da todo el derecho de usar el nombre de Jesús para perdonar pecados, para remitirlos, para atar, para desatar, para edificar, para destruir, para sanar enfermos, echar fuera demonios, para ver y entrar en el reino de los cielos que es invisible, para comprender sus misterios, para ejercer dominio en la tierra, (incluye autoridad sobre los elementos de la naturaleza), para hacer milagros no solo de multiplicación de panes y peces sino de recursos financieros; en fin, para hacer de lo imposible algo posible. ¿No fue el mismo Señor quien dijo que haríamos cosas mayores que El?
¿Si Elías el profeta le pidió a la viuda una «ofrenda» en forma de torta, y luego le multiplicó los recursos para obtener finanzas; por qué parte de la iglesia se ofende si alguien en su identidad de nuevo hombre, llámese profeta o no, hace algo parecido?
¿Por qué si el Señor maldijo la higuera por no dar fruto y esta se secó; no puede el nuevo hombre usar el poder de la Palabra sabiendo que todo fue creado por la Palabra de Dios? ¿Por qué entonces, parte de la iglesia se ofende cuando alguien en su identidad de nuevo hombre usa la autoridad del nombre de Jesús para declarar la Palabra?
Pedro pudo reconocer que Pablo hablaba cosas por el Espíritu que ni él mismo entendía, siendo apóstol. ¿Por qué, entonces, parte de la iglesia se ofende cuando alguien en su identidad de nuevo hombre recibe revelaciones de parte de Dios mas allá de lo que ha conocido y al no entender se atreve a llamarle hereje, falso profeta, falso maestro, lobo vestido de oveja, si el único que puede revelar lo profundo del corazón de Dios es el Espíritu Santo?
¿Por qué si Jesús nunca dudó de su identidad y así mismo la declaraba: Yo soy el camino, la verdad y la vida; Yo soy el buen pastor; Yo soy el pan que descendió del cielo; Yo soy la luz del mundo; etc, no puede el Nuevo hombre, creado según Dios, justificado, glorificado y llamado a su servicio declarar quién es en Cristo, o a qué lo llamó Dios? ¿Por qué entonces, parte de la iglesia se ofende cuando alguien en su identidad correcta como hijo de Dios confiesa su identidad ministerial a la que fue llamado por el mismo Dios?
¿Por qué una parte de la iglesia está mas pendiente de los títulos, nombres, formas, estilos, etc. que del fruto del Espíritu? ¿Cómo es que es mas importante juzgar ciertos hechos a traves de la Teología (que es el estudio de Dios hecho por el hombre) que a traves de lo que el mismo Espíritu Santo está diciendo a la iglesia y lo cual está basado en las Escrituras?
Todas estas preguntas y mas, relacionadas a estas, tienen una respuesta: el espíritu religioso.
Nótese que estos escribas del pasaje, «decían dentro de sí», es decir, pensaban que Jesús blasfemaba, por usar una autoridad completamente legítima. El espíritu religioso pone pensamientos en nuestras mentes; si no tenemos mentes renovadas vamos a aceptarlos como propios y una vez aceptados como propios nos llevará a tomar ciertas acciones en contra del hombre nuevo; la persecusión comenzará, murmurando, criticando, expresando nuestro repudio entre conocidos, y con desconocidos atraves de las redes sociales, pero peor aún, entre inconversos, convirtiéndonos en una piedra de tropiezo para la salvación de muchos. Solo imagine por un momento el estado de confusión de una persona que despues de recibir un milagro en su vida, recibe con gozo en su corazón a Jesús por primera vez; y al poco tiempo lee en una red social, que ese, a quien Dios usó para sanarlo y llevarlo a Cristo es un hereje según nuestro comentario. ¿Estaremos trabajando a favor o en contra del reino?
Otros van mas allá de publicar un comentario en una red social; estarán pendientes de todo lo que hace o dice «el hereje» para buscar un defecto, un error y así poder justificar su posición de «acusador de los hermanos» o «perseguidor de la iglesia» aunque no se den cuenta que esa es la posición en la que ellos mismos se han colocado. No se dan cuentan que estan cuestionando al mismo Dios y peleando en su contra. No se dan cuenta que estan usando los mismos talentos que Dios les dio: predicación, enseñanza, arte gráfico, escritura, etc y los recursos provistos por Dios: computadoras, cámaras, videos, celulares, tabletas, etc sin hablar del tiempo y la energía que invierten en perseguir a la misma iglesia que Cristo edifica y que su Santo Espíritu sostiene.
Amado lector, no se si al leer esto te identificas con el espíritu religioso o con el espíritu del Nuevo hombre; el de un verdadero hijo de Dios, nacido del Espíritu, escogido y llamado con propósito de lo alto.
Te animo a revisar honestamente tu corazón y si has estado persiguiendo a la iglesia, sin darte cuenta, hoy es el momento de reconciliarte con Dios. Pide perdón, la sangre de Cristo te limpiará y con toda libertad pídele al Espiritu de Dios que te guíe a toda verdad. Y que toda fortaleza (patrones de pensamientos) religiosa en tu mente sea derribada. Lee la palabra de Dios pidiendo la revelación del Espíritu Santo. Y que seas alineado a los tiempos de Dios.
Efesios 4:23, 24«y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad»
A los perseguidos, el Señor les da una tremenda recompensa:
Mateo 5:11,12«Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros»
¿Qué recompensa habrá para los perseguidores?
Prefiero identificarme con los perseguidos que con los perseguidores. Aunque es posible que doctrinalmente, o por estilos, o formas, o ignorancia, no esté de acuerdo en todo lo que enseñan, dicen o hacen algunos de mis hermanos; pero reconozco que los perseguidos de este tiempo han hecho y hacen mucho mas a favor del reino de los cielos que lo que estoy haciendo yo.
¿Y tú qué estás haciendo?
Tamy Aman.
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