¡Tu vara florecerá!

«Y florecerá la vara del varón que yo escoja…»

Definitivamente Dios respalda a quien llama. En este pasaje de la Biblia, en el capítulo 17 de libro de Números, encontramos una situación muy similar a la que podemos vivir hoy día en nuestros lugares de trabajo, en nuestro lugar de estudio y aun en nuestras congregaciones: la murmuración y queja de la gente hacia nuestra persona. Eso era lo que estaba experimentando Aaron.

Aun después del juicio de Dios sobre Coré y familia por su gran rebelión, (Números cap.16), los israelitas continuaron en su obstinada actitud de levantarse en contra de los líderes que Dios había escogido. Pero cuando Dios te llama, Él mismo te respalda y pelea a tu favor. No había razón para que Moisés y Aaron se defendieran, tenían un buen Abogado (así como tú y yo); el mismo que los había llamado es el mismo que se encargaría de dejar en claro cuál era Su posición. El Señor le dijo a Moisés que tomara una vara de cada jefe de casa y escribiera el nombre de Aaron en la vara de la casa de Leví; esas varas, doce en total, deberían ser puestas en el tabernáculo de reunión, donde Él se manifestaría y haría florecer la vara de aquel a quien Él ya había escogido.

Nos narra la Escritura, en el versículo ocho, que al día siguiente, cuando Moisés fue al tabernáculo de reunión, encontró que la vara de Aaron ¡había retoñado, echado brotes, florecido y producido almendras maduras!

Cuando Dios te escoge, no olvides que te escoge como instrumento para Él manifestar Su gloria. Las varas representaba sus vidas, como Él escogió a Aaron para el liderazgo con una asignación específica; fue Él quien hizo posible lo imposible: hacer que la vara no solo floreciera, ¡sino que la hizo dar fruto maduro de la noche a la mañana!

Descansa y confía en Aquel que te ha llamado,  ¡no te impacientes!  ¡no te defiendas!  ¡tienes al mejor Abogado! Ciertamente, Él testificará por ti, la noche pasará y al día siguiente tu vara florecerá porque solo Él hace posible lo imposible.

Tamy Aman