2Corintios 5:20 «Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «Vuelvan a Dios!»»
Hemos sido llamados embajadores de Cristo, y esto naturamente implica el ser embajadores del reino de Cristo en la tierra.
Como embajadores no estamos llamados a emitir nuestras opiniones personales, basadas en argumentos carnales, influenciados por aspectos culturales, educacionales, ancestrales, filosóficos, ideológicos, religiosos o de cualquier otra naturaleza; sino a declarar lo que en el reino ya fue declarado.
Lo que es decreto en los cielos, debe ser nuestro decreto en la tierra.
Nuestra declaración puede ser emitida de formas muy diferentes, de acuerdo a la diversidad de dones, de ministerios y de operaciones pero el mensaje debe ser el mismo, porque proviene de un solo Dios.
No podemos hacer cambiar la constitución del reino, la Biblia, ni tampoco manipularla, ni ajustarla por asuntos culturales, de épocas, ni por edades. La épocas, edades y culturas cambian, pero el reino de los cielos es inmutable, inconmovible y asi mismo es su declaración. No podemos reinterpretar la Biblia porque ella se interpreta a sí misma.
El mundo en el que habitamos es corruptible, pero el reino al que pertenecemos es incorruptible.
En la tierra las embajadas de las naciones representan al gobierno que rige en ese momento. Así mismo, la iglesia representa al reino de los cielos en la tierra. Ciertamente las embajadas sirven a diferentes presidentes; porque los gobiernos cambian; pero nosotros, tenemos solo un Rey cuyo reino permanece para siempre.
Si desconocemos un asunto, mejor es callar, consultar al Rey y escudriñar su ley, antes de dar una declaración.
El mundo no necesita nuestra opinión personal, sino conocer qué dice realmente el Rey a quien representamos. Es Su Palabra y no la nuestra la que trae redención y vida eterna. Es Su Palabra la que convierte el alma y hace sabio al sencillo. Es Su Palabra la que es espíritu y es vida.
Que confuso es escuchar las declaraciones de algunos embajadores de Cristo con mensajes contrarios a Su mente y corazón!. Que placer es escuchar los diversos mensajes de los embajadores que confirman y afirman el pensamiento del Rey a quien representan!
Hoy en medio del mundo tan plural, tan diverso y tan relativo oigo el llamado tanto al mundo como a los embajadores: Vuelvan a Dios!
Volvamos, pues a la fuente de toda verdad.

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